En América Latina surgió  a mediados del siglo XX una nueva cultura política cuyos rasgos fuertemente personalistas (peronismo, varguismo, velasquismo) escandalizaron a las tradiciones políticas liberales y democráticas. Los observadores y analistas sociales contemporáneos no lograron comprender la magnitud histórica y colectiva de esos fenómenos y las marcas que esas experiencias gubernamentales dejarían en las conciencias colectivas de los respectivos países (Argentina, Brasil, Ecuador) y también en toda la región. Los intelectuales latinoamericanos reunidos en la CEPAL estudiaron posteriormente esos fenómenos y con el objeto de diferenciarse de sus colegas europeos, reutilizaron un concepto disponible en el vocabulario de las ciencias políticas y lo reformularon. Desde entonces el llamado "populismo latinoamericano" fue objeto de numerosos trabajos universitarios de envergadura. El resurgimiento en la primera década del siglo XXI de experiencias gubernamentales "similares" que llevaron al gobierno a nuevos dirigentes políticos que se definieron como "herederos" de aquellos procesos históricos fundadores merece ser analizado desde una perspectiva que nos permita evaluar los logros políticos e institucionales del populismo en América latina y que nos permita también entender esta nueva reconfiguración de lo político como un aporte nada despreciable al debate sobre la crisis de representación que hoy se vive en Europa y en Estados Unidos.