Si bien “la marca” ha sido muy estudiada desde el sector privado, tiene una trayectoria teórica más reciente en el ámbito de las instituciones públicas, pero, ¿es factible introducir este concepto a la administración pública? Para responder a esta pregunta, la presente comunicación inicia con la definición de la administración pública como ente formado a lo largo de la historia con el único objetivo de velar por el “bien común”; "el acto administrativo debe siempre mirar a la satisfacción del interés general" (Boulouis, 1968).

Confundir la administración con la “gerencia política” (Political management) genera una definición equívoca de la administración pública. El principal error radica en tratar a los funcionarios como meras herramientas del interés máximo del gobernante de turno, se presenta a los funcionarios como un recurso humano y no como un recurso organizacional (Crozier, 1996).

La Administración Pública se estructura a partir del capital humano con el que cuenta, las personas. Conocidas como “funcionarios”, la tesis busca definir si existe una marca para dichos profesionales cuando su meta no es generar una buena imagen, por ende reputación y marca, no importa realmente cómo hacen su trabajo. El objetivo final cumplir con sus labores diarias porque al hacerlo ya genera “bien común”, el cómo, la marca, no es importante.

A partir de la hipótesis anterior, esta comunicación busca contar las implicaciones de implementar una marca específica de la Administración Pública, para ello, primero hay que responder preguntas que aún no han encontrado aclaración teórica, por ejemplo:

• ¿Quién (es) es (son) los responsables de la creación de la marca en la Administración Pública? ¿Es independiente a los Gobiernos?
• ¿Qué componentes de la administración pública configuran la marca? (funcionarios, instituciones, procesos, etc.)
• ¿Cuál es el proceso de creación de la marca “Administración Pública”
• ¿Se puede establecer criterios sistemáticos de la creación de la marca “Administración Pública” aplicables a la reciente creación o reposicionamiento de los “funcionarios” en los países?

Referencias

Boulouis, J. (1968). Prefacio . En A. Lanza, L'expression constitutionnelle de l'administration française : contribution à l'étude des constantes constitutionnelles.

Crozier, M. (1996). La crisis de la inteligencia . Madrid: MAP.