Lobbies y Poder Ejecutivo: lecciones internacionales
- Programa:
- Sesión 1
Día: jueves, 21 de septiembre de 2017
Hora: 16:30 a 18:30
Lugar: Seminario Relaciones Laborales
Lobbies y poder ejecutivo: lecciones internacionales
Tradicionalmente, la política de “lobby” se ha asociado con el proceso legislativo. De hecho, comúnmente se ha aceptado que el propio origen de la expresión hacía referencia a los pasillos del Parlamento británico que servían como punto de encuentro entre los diputados y los distintos representantes de una diversidad de grupos de interés.
No obstante, en los Estados Unidos, la expresión “lobby” también ha abarcado al ejecutivo. De hecho, otra tradición considera que la palabra “lobby” hacía referencia al vestíbulo del Hotel Willard de la capital norteamericana, y que supuestamente servía como punto de reunión entre el Presidente de los Estados Unidos con distintos actores de la sociedad civil, interesados en influenciar las políticas del ejecutivo [1]. Por tanto, el propio origen de la palabra “lobby” presupone la actuación ante los órganos legislativos, así como los órganos ejecutivo.
En España, la regulación de los lobbies sigue siendo escasa y poco elaborada [2]. Sin embargo, la Constitución de 1978 reguló hasta cierto punto la influencia de determinados grupos de interés en el proceso legislativo, al otorgar cierta relevancia a los sindicatos en la elaboración de la legislación económica y social [3]. Desde entonces, la iniciativas para regular los lobbies en España han sido relativamente tímidas, y en su práctica totalidad se han referido a los lobbies legislativos.
Por tanto, la acepción del término “lobby” en España se ha referido únicamente a su vertiente parlamentaria y no ejecutiva. Así, en su discurso del Debate del Estado de la Nación de 20 de febrero de 2013, el presidente del gobierno, Mariano Rajoy, señaló que “sería positivo incluir también la regulación parlamentaria de las organizaciones de intereses (los llamados “lobbies”), con medidas que clarifiquen cuáles pueden ser sus actividades y cuáles deben ser sus límites”. Curiosamente, el Diccionario de la Real Academia Española, al definir la palabra establecida en lengua española como equivalente de lobby –cabildeo- define dicha actividad como “hacer gestiones con actividad y maña para ganar voluntades en un cuerpo colegiado o corporación.”
A pesar este énfasis del lobby como fenómeno exclusivamente parlamentario o realizado ante órganos colegiados, lo cierto es que, en la actualidad, la mayor parte de los grupos de actividad en España concentran sus actividades alrededor del poder ejecutivo, ya sea nacional o autonómico [4].
En consecuencia, resulta llamativo que el lobby concerniente al poder ejecutivo, siendo el de mayor relevancia, sea tan desconocido. Este desinterés hacia este tipo de lobby no es algo exclusivo a España. Por ejemplo, en países como México o Brasil, el lobby es entendido únicamente como un fenómeno que concierne únicamente a la rama legislativa del poder político. En otros países, como en EEUU, el Reino Unido o Austria, no obstante, se ha avanzado hacia una comprensión del lobby como un fenómeno que afecta a la totalidad de los poderes políticos del Estado, ya sea en su rama ejecutiva, legislativa e incluso judicial.
La regulación de los lobbies se presenta hoy en día como una cuestión fundamental en términos de calidad democrática.
En consecuencia, el propósito de la ponencia es el de facilitar la comprensión de los distintos modelos de regulación de los lobbies que pueden encontrarse hoy en día entre los principales países democráticos.
[1] "A Lobbyist by Any Other Name?" NPR. January 22, 2006. Obtenido el día 14 de febrero de 2017. http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=5167187.
[2] Villoria, M. (dir) y Revuelta, A. (coordinadora) (2014), Una evaluación del lobby en España: Análisis y propuestas. Transparencia Internacional. p. 10
[3] Ídem, p. 14
[4] Ídem, p. 16
Palabras clave: Transparencia, Lobby, Poder Ejecutivo, Regulación, Democracia