El extraordinario estallido protagonizado por la sociedad española desde el día 15 de mayo de 2011 en adelante para denunciar, entre otras cuestiones, el mal funcionamiento de nuestra democracia ha cogido por sorpresa no sólo a partidos políticos y medios, sino también a gran parte de la disciplina politológica en España.

Uno de los motivos ha sido la escasa atención que se ha prestado en la investigación a analizar el significado que los ciudadanos dan a la democracia, así como a las evaluaciones pormenorizadas que hacen sobre su funcionamiento. A esto se une la conceptualización demasiado estrecha que los estudios macro sobre calidad de la democracia hacen del concepto de democracia, así como la nula relación que se establece entre las opiniones /creencias de los ciudadanos y las conceptualizaciones teóricas y empíricas de la democracia.

El objetivo de este trabajo es proporcionar un examen más detallado de las fuentes del apoyo ciudadano a la democracia del que se ha hecho hasta el momento por la literatura en este campo. Para ello se someterán a prueba dos hipótesis: En primer lugar, se examinarán las congruencias e incongruencias que existen entre la calidad “objetiva” de la democracia y las evaluaciones “subjetivas” que los ciudadanos hacen de sus diferentes dimensiones. La hipótesis es que el apoyo público a la democracia es mayor cuando las evaluaciones que los ciudadanos hacen de la calidad democrática de su país muestran menos inconsistencias o son mejores que el funcionamiento “real” de la democracia. Por el contrario, cuando las inconsistencias son mayores a la baja (es decir, cuando las evaluaciones de los ciudadanos son más negativas que el funcionamiento democrático real), entonces la insatisfacción general con la democracia también será mayor.

La segunda hipótesis que se someterá a prueba mide la influencia de los “resultados democráticos” sobre la legitimidad: Más allá del nivel de insatisfacción general con su funcionamiento, la democracia pierde legitimidad pública cuando la dimensión de resultados se deteriora, esto es, cuando la democracia falla a la hora de reducir las desigualdades sociales, proveer políticas de bienestar y ofrecer otros beneficios inmateriales (Andrain y Smith, 2006). De acuerdo con esta hipótesis, la crisis económica y financiera global puede estar afectando negativamente la legitimidad de las democracias en Europa, y especialmente en aquellos países y entre aquellos ciudadanos que están sufriendo las condiciones más adversas.

Para comprobar estas dos hipótesis, el trabajo analiza los datos de la 6ª ola de la ESE, que contiene un módulo de preguntas sobre las opiniones de los ciudadanos ante la calidad de la democracia, y los compara con otros datos macro recogidos por la autora que miden separadamente las dimensiones de performance y outcomes de la democracia.