El aislamiento económico, social y político que ha vivido la región del Rif desde la independencia ha fomentado entre su población un sentimiento de desafección con el poder central, que sólo comenzó a ser mitigado tras la llegada del rey Mohammed VI al trono del país, gracias a la puesta en marcha de tres estrategias: la implementación de diversos planes de desarrollo; la cercanía simbólica y personal del rey con la región, ejemplificada a través de frecuentes viajes a la zona; y la cooptación de élites locales dentro de los círculos de poder. Sin embargo, la emergencia de diversos ciclos de protesta en la región desde que se iniciaran las revueltas populares en el Norte de África en el año 2011, ha puesto en cuestión dicha reconciliación entre el poder central y la periferia. En esta ponencia se analizarán las bases de la nueva relación entre ambas partes, así como los problemas de gobernabilidad del estado marroquí en el Rif actual.