Durante las últimas tres décadas, la presencia electoral de actores políticos que tratan de socavar la confianza en las instituciones de la democracia representativa ha aumentado en Europa, especialmente tras de la crisis económica de 2008. Con independencia del posicionamiento ideológico, los actores anti-establishment denuncian un conflicto fundamental entre gobernantes y gobernados. Para estos partidos, la clase política mantiene una relación antagónica y vertical con el pueblo y con las fuerzas anti-establishment, considerándola anti-democrática, corrupta y contraria a los intereses de su propio pueblo. En contraposición, los actores anti-establishment se presentan asimismo como los únicos actores verdaderamente democráticos, defensores de los intereses del pueblo y, en definitiva, como la única alternativa real a quienes han acaparado el poder político. Consideran además que las instituciones políticas están demasiado burocratizadas y que los centros de decisión política están cada vez más alejados de los intereses reales del “ciudadano común”. En el centro de estas críticas se encuentra el proceso de integración europea, el cual se identifica como el último responsable del alejamiento de la toma de decisiones de la ciudadanía. Este estudio tiene como objetivo analizar la estructura del discurso anti-establishment de seis fuerzas populistas en Europa Occidental, prestando especial atención a las críticas vertidas sobre la Unión Europea. Para ello, se realizará un análisis de contenido de los últimos programas electorales a nivel nacional y europeo de seis partidos considerados populistas por la literatura (Podemos, Movimiento 5 Estrellas, Sinn Féin, Verdaderos Finlandeses, Partido de la Independencia del Reino Unido y el Partido del Pueblo Suizo). El manual de codificación está estructurado en cinco grandes categorías que resume las principales características del modelo de democracia populista en contraposición con el modelo de democracia representativa y liberal: 1) Política plebiscitaria; 2) Personalización del poder y política no mediatizada; 3) Anti-elitismo; 4) Subordinación de los derechos individuales a los intereses generales; 5) Supremacía de la voluntad general sin restricciones.