La crisis ucraniana desde noviembre de 2013, ha tenido un fuerte impacto en los vínculos entre la Federación Rusa y la Unión Europea. A lo largo del proceso que ya lleva más de un año, la dinámica de los acontecimientos en el país europeo del este, en la esfera de influencia tradicionalmente rusa y las decisiones adoptadas por las autoridades de Bruselas y Berlín, han afectado negativamente las percepciones del  gobierno y la opinión pública rusa, que han reasumido concepciones de "fortaleza sitiada" y agredida, a raíz de su supuesto involucramiento en la política doméstica del país vecino. Asimismo, la situación en general, ha tenido un efecto colateral en las relaciones entre los  actores estatales y supraestatales citados con otras regiones del mundo, como Asia y América Latina, las que han sido beneficiarias indirectas del castigo ejemplarizador recibido por Moscú. El presente "paper" recoge descriptivamente la visión que se tiene en América Latina, sobre el conflicto en general, considerando que tanto la UE como Rusia, poseen vínculos comerciales y culturales diferentes con aquella región del mundo. En un escenario de multipolaridad creciente, la cercanía o distancia polìtica y comercial, mayor o menor de los Estados y regiones mencionadas, puede ser considerada de interés para la comunidad acadèmica especializada en estas temáticas, en el Viejo Continente.