En el primer tercio del siglo XX en España, la mayoría de las fuerzas republicanas otorgaban una importancia decisiva a la educación en la configuración de un sistema democrático, pues no era sólo un instrumento para adquirir conocimiento, sino también una herramienta para formar a ciudadanos en valores de libertad, justicia e igualdad. La proclamación de la Segunda República representó la oportunidad para implantar las medidas que sobre esta cuestión habían estado diseñando los dirigentes republicanos en las décadas anteriores, muchos de ellos influenciados por la corriente pedagógica del krauso-institucionismo, cuyo máximo exponente fue la Institución Libre de Enseñanza. El presente trabajo de investigación se centra en la relación existente entre las ideas educativas del primer ministro de Instrucción Pública de la República, Marcelino Domingo, y una de las corrientes pedagógicas más innovadoras, la Escuela Nueva, entendiendo que el líder republicano incluyó en su proyecto educativo las aportaciones principales de esta corriente, adaptándolas al contexto español.