Imperios, estados y la difusión del dominio político
- Programa:
- Sesión 1
Día: martes, 14 de julio de 2015
Hora: 11:45 a 14:15
Lugar: Aula 3
A pesar de la pretendida exclusividad y universalidad del estado soberano es evidente que éste ha coexistido con otros entes políticos durante muchos siglos. Los imperios modernos son sin duda uno de los poderes más importantes de esa coexistencia. El dominio del estado soberano se establecía durante la misma época en la que se desarrollaban poderes imperios de unas extensiones nunca vistas. La expansión de los imperios modernos ha sido estudiada extensivamente desde perspectivas históricas. A pesar de ello, en la Teoría Política contemporánea suele constituir un punto ciego el hecho de que el movimiento con el que el estado moderno iba cubriendo el mundo iba acompañado por expansiones imperiales, cuyo domino político difería sustancialmente del poder soberano vinculado con ese estado. Al contrario de la soberanía estatal definida por espacios mutuamente excluyentes y fronteras nítidas, los imperios se caracterizaban tanto por la extensión como por la difusión del poder y del espacio político. Los principios y las aspiraciones de la soberanía estatal no son necesariamente antagónicos a los de un dominio imperial, a pesar de haber sido definidos en términos opuestos por muchas versiones del republicanismo moderno. La relación entre estado (o república) e imperio con frecuencia se ha caracterizado por solapamiento, lo cual podemos observar en la dependencia mutua entre ambos conceptos al describir el poder, la libertad y la expansión de la república romana. Este vínculo entre libertad republicana romana y poder imperial también lo encontramos en pensadores como Maquiavelo. Los imperios modernos ya no existen como entidades políticas institucionalizadas. Tampoco hay estados contemporáneos que puedan ser definidos como imperios. A pesar de ello, el imperio como concepto político es importante porque señala la complejidad de gobernar un mundo cambiable que no puede ser reducido a espacios geométricos, sean éstos descritos como territorios delimitados, control soberano o esferas públicas. Los dilemas de legitimidad, pertenencia, identidad y ciudadanía no podían ser resueltos de forma geométrica por el poder imperial, sino que formaban parte del gobernar las contingencias inherentes a un dominio extenso y difuso. No debemos olvidar que ese dominio coexistía de forma íntima con el estado soberano, y muchos de los problemas de difusión y extensión del poder político con los que se enfrentaban constantemente los imperios han sido heredados –pero no resueltos– por ese estado.
Palabras clave: imperio, estado, soberanía, gobierno, ciudadanía, territorio, legitimiadad, república