Los jóvenes representan una población-objetivo ideal para el trabajo de campo mediante la entrevista cualitativa online: están familiarizados con la videoconferencia como herramienta de comunicación habitual. Además, desde la pandemia del COVID-19, se ha convertido en un medio de sociabilidad frecuente. A pesar de estas ventajas y otras (facilidad del encuentro, menores costes de tiempo y recursos, flexibilidad para el investigador, etc.), las entrevistas en profundidad online pueden presentar algunas desventajas poco exploradas. En este trabajo, abordamos el problema de la pérdida de intimidad entre el entrevistador/a y la persona entrevistada. Comentar la propia situación laboral o educativa, describir unas relaciones familiares complejas o expresar abiertamente un punto de vista político discrepante, pueden encontrar dificultades cuando la entrevista se desarrolla en el hogar familiar. La presión censora del contexto puede jugar un papel central en la entrevista. En consecuencia, la intimidad que se debe generar entre entrevistador/a y persona entrevistada puede sufrir importantes limitaciones. En este trabajo, reflexionamos sobre ese condicionante de la entrevista en profundidad online.