Desde la década de los noventa del siglo XX, Europa ha experimentado un progresivo auge electoral de fuerzas políticas que tienen en el nacionalismo y el populismo su eje político de referencia. El ascenso del nacional-populismo explota, en términos electorales, la fractura económica en una Europa sumida en la crisis y severamente afectada por la globalización, con la que pretenden construir un discurso que les haga aparecer como los partidos defensores de los perdedores de la globalización.

Para lograr dicho objetivo defienden programas económicos que abandonan progresivamente el discurso neoliberal original por posiciones más próximas al nacionalismo económico, que les hace transitar de un liberalismo transnacionalizador inicial a la defensa de políticas proteccionistas y reguladoras, que ven en el Estado la principal estructura de oportunidad en el que sustentar, su promesa política de recuperación de fuertes economías territoriales protegidas frente al proceso de globalización.

Las relaciones entre nacionalismo, populismo y la defensa de la desglobalización, serán analizados en el presente texto a través del estudio de la evolución del programa económico del Frente Nacional francés (FN), con especial referencia al discurso económico del FN en las elecciones presidenciales francesas de 2017.