Georgia se vuelve una figura clave en un area geográfica de gran importancia estratégica como es el Cáucaso. Tres grandes potencias mundiales como lo son EE.UU., China y Rusia han mostrado su interés en el país. Analizando la manera por la cual estos países han hecho su aproximación a Tbilisi vemos reflejadas las tendencias en el comportamiento estratégico de dichas potencias, así como la evolución de las mismas en un escenario cambiante.

EE.UU. ha tenido en Georgia a un aliado clave para sus campañas militares en Irak y sobretodo Afganistán, donde el contingente georgiano ha sido el mayor de los países no pertenecientes a la OTAN. Su influencia mediante el poder blando y la economía Washington la ha efectuado a través de la UE, en un mecanismo de influencia por proxy.

Rusia ha utilizado en su primera etapa un poder duro mediante la proyección de fuerza y duras sanciones políticas y económicas. Sin embargo, paulatinamente ha evolucionado hacia una efectiva combinación de factores económicos y del poder blando, no sin recordar eso sí la existencia de la vía dura mediante determinadas acciones relacionadas a los territorios de Abjasia y Osetia del Sur.

China por su parte ha utilizado exclusivamente la vía económica. Dos han sido los proyectos, aunque no los únicos, en los que el país asiático se ha visto seriamente involucrado. El primero es la construcción de una vía de ferrocarril que lleve la producción china hacia Europa pasando por Asia central, Cáucaso y Turquía, la denominada ruta de de seda de hierro. El segundo proyecto fue la construcción en Tbilisi de numerosas infraestructuras relacionadas con el Festival Olímpico Juvenil, así como áreas residenciales y otras infraestructuras. Ello ha atraído trabajadores y capital chino al país.