El aumento del desempleo y la inseguridad laboral son algunas de las consecuencias del proceso histórico que existe a escala global y que en Occidente se denomina “crisis del Estado del Bienestar”. Esta desigualdad se encarniza con las mujeres jóvenes, reinventando y reforzando el control heteropatriarcal y capitalista. La comunicación está ligada a las transformaciones sociales y, como producto biopolítico, pone en circulación imaginarios con efectos en las subjetividades.

Con la hegemonía de las lógicas de gobierno neoliberales, es evidente una inestabilidad social que tiene su traducción en las representaciones de clase y género en los medios. En esta intervención nos aproximamos a la serie docu-reality de la cadena MTV España Gandía Shore, que fue emitida entre octubre de 2012 y enero de 2013. Sobre las personas participantes, la presentación afirmaba que “no se conocen entre sí, pero comparten un estilo de vida basado en el cuidado de su aspecto físico, músculos y tatuajes para ellos, extensiones de pelo y maquillaje creativo para ellas, ir de fiesta, ligar y tener buen rollo con sus amigos”.

Entendemos que en este programa se entrecruzan dos corrientes mediáticas hegemónicas. Una, la sensibilidad postfeminista, que ha supuesto una reacción negativa contra los logros feministas, declarados obsoletos en el escenario neoliberal. Otra, la pornografía de la pobreza, una tendencia cultural que ridiculiza a los sujetos de clases populares, representados como aquellos que han abrazado el consumismo, que tienen mal gusto estético, bajos niveles de cultura y cuyo origen socioeconómico les aboca a la precariedad.

Esta lectura del programa trata de hacerlo complejo, ligarlo a otras prácticas discursivas y no discursivas surgidas con la crisis de 2008, teniendo en cuenta las lógicas y los procesos socioeconómicos locales, pero también levantando la mirada hacia lo macro y global.

Creemos que la espectacularización y la caricatura de las mujeres en la televisión merece un trabajo de denuncia por las consecuencias que tiene: la pérdida de lo común y la desactivación de las luchas colectivas en un momento en el que las estrategias de reestructuración neoliberales son causa conflicto y de nuevas formas de sumisión.