La incorporación de procesos participativos en la toma de decisiones a nivel local se enmarca dentro del auge de nuevas formas de gobernanza democrática que representan un cambio en la división del poder entre los ciudadanos y los gestores públicos. En particular, se argumenta que la participación conduce a una "democratización de la expertise", en el sentido de que los ciudadanos y las organizaciones de la sociedad civil son capaces de supervisar la aplicación del conocimiento técnico por los funcionarios o profesionales implicados en el proceso político. Sin embargo, hay poca comprensión sistemática de cómo los diferentes procesos participativos se ocupan del imperativo técnico en la práctica: ¿se incorpora el criterio de los expertos en un momento específico y transparente para los participantes o de una manera difusa que dificulta la rendición de cuentas?

Este trabajo contiene un análisis exploratorio de una serie de experiencias participativas con el objetivo de responder a dos preguntas relacionadas: ¿Cómo afecta el diseño de los procesos participativos a la posibilidad de un control democrático de la intervención técnica? ¿Hasta qué punto se lleva a cabo esta supervisión en la práctica cotidiana de las experiencias participativas? La investigación se basa en una combinación de datos cuantitativos y cualitativos del proyecto  “Cherry-picking: the results of participatory processes”, financiado por el Plan Nacional de Investigación (Ministerio de Economía y Competitividad), que detalla el destino de las propuestas de un grupo de 39 iniciativas participativas desarrolladas en Andalucía, Cataluña y Madrid entre 2007 y 2011.