Este trabajo analiza el creciente impacto de la integración europea sobre la competición entre partidos y la aparición de nuevas fuerzas políticas en los distintos estados miembros. Aunque ya en la década de los noventa comienza a producirse una primera europeización de los sistema de partidos, ha sido con la crisis económica y financiera de los últimos años cuando se vuelve más visible y generalizado el importante efecto del proceso de integración sobre las pautas tradicionales de los partidos políticos europeos. La línea de conflicto izquierda-derecha está cambiando con la aparición de una nueva fractura entre posiciones más o menos favorables a los avances supranacionales. El buen resultado conseguido en las elecciones al Parlamento Europeo de mayo de 2014 por parte de fuerzas euroescépticas sitúa en primer plano la discusión sobre las transformaciones de la competición política a nivel nacional y europeo. Estas fuerzas pujantes tanto en los países acreedores (a partir de partidos nacionalistas conservadores) como deudores (en forma de formaciones anti-austeridad) canalizan un discurso de defensa de la soberanía que se superpone o incluso desplaza a la clásica división basada en intereses socio-económicos. Los partidos europeístas, por su parte, intentan afrontar este desafío y mantener como dominante el eje de competición entre izquierda y derecha moderadas. En suma, esta ponencia (a partir de los resultados de unas elecciones que se presentaban como “diferentes”) discute hasta qué punto se están transformando las actitudes de los votantes y las posiciones de los partidos europeos. Para el análisis se utilizan las bases de datos del European Election Studies (EES) y la nueva edición de la encuesta a expertos de Chapel Hill.