Con mayor o menor insistencia, desde las revoluciones liberales hasta hoy, el pueblo se ha imaginado de forma peculiar por cada una de las grandes ideologías políticas.No cabe duda de que algunas de ellas (republicanismo histórico, anarquismo, liberalismo radical-democrático) concibieron el pueblo como sujeto agente y soberano de la historia, cuya voluntad era el principio de la autoridad, la ley y la acción. Sin embargo, la imposibilidad de que el pueblo pudiera expresarse con una sola voz hizo que muchos hablaran en su  nombre, convirtiéndose en sus líderes. Los líderes que apelan al pueblo, independientemente de la idea que tengan de él, establen vínculos con sus seguidores basándolos en la ideología, el carisma y/o el clientelismo, en función de las fases de gobierno u oposición por las que atraviesa el movimiento/partido populista. Pues bien, teniendo en cuenta que esta apelación al pueblo también puede ser practicada porlíderes neoliberales y republicanos, el objeto de esta investigación es comparar las claves del liderazgo con sesgo populista en las tres orientaciones que dan título al Grupo de Trabajo, considerando algunos elementos constitutivos del liderazgo como la ideología, el carisma y el clientelismo.