Hablar del pueblo en la democracia podría parecer, a primera vista, una tautología. Sin embargo resulta evidente que no lo es. Que en el mismo concepto de democracia esté incluido el de demos, no significa que la relación entre el sujeto político – el pueblo – y el poder sea algo obvio, linear, axiomático. El pueblo y la democracia tienen una relación compleja y problemática, tanto histórica como teoréticamente.

Algunos fenómenos contemporáneos, además, nos dan cuenta del éxito del concepto y, a la vez, nos permiten cuestionar su estabilidad en la praxis política y en su estudio. Partiendo de los mecanismos discursivos actuales de definición y construcción del sujeto pueblo, se quiere indagar la naturaleza de uno de los conceptos sustantivos de nuestros sistemas políticos. El objetivo es encuadrar el uso semántico de este concepto dentro de un horizonte teórico que nos pueda iluminar su naturaleza polisémica y, por consecuencia, en qué grado se puede medir la presencia-ausencia del pueblo en la vida de las democracias contemporáneas. Así que, a través de un enfoque que aúna teoría política y teoría del discurso, se constatan las dimensiones propias al concepto de “pueblo”: por un lado su inestabilidad estructural en la historia del pensamiento político; por el otro los mecanismos discursivos de construcción del pueblo y, por último, su empleo actual por parte de la clase política en la búsqueda de legitimación democrática.