Durante la pandemia todos los poderes públicos han desplegado una intensa actividad normativa en diferentes frentes. La urgencia y la necesidad afectan al procedimiento de elaboración de las normas, que adolece del tiempo necesario para la reflexión y ponderación de los diferentes intereses en conflicto. Entre estos aspectos figura el análisis del impacto que las normas que se aprueban tienen en la igualdad entre mujeres y hombres. Como consecuencia de la pandemia, por ejemplo, se ha generalizado el teletrabajo y, en los últimos meses se ha procedido a dictar normas sobre esta cuestión que tienen una destacada incidencia en la actividad laboral de las mujeres. Aunque es pronto, son muchos los estudios preliminares que apuntan al teletrabajo como una herramienta que sitúa a las mujeres en peor situación, otra vez, en el mercado laboral. Los poderes públicos, al establecer las normativas deben tener en cuenta esta incidencia e introducir los elementos correctores que impidan la consolidación de situaciones de desigualdad.