Una de las novedades de la teoría política de los últimos años ha sido la recuperación de la retórica cívica y democrática. Esta recuperación ha aportado una comprensión más amplia del ciudadano y de su gobierno, ahondando en la importancia de la contingencia y de los afectos, de los espacios públicos internos, del aprendizaje de oído (ex auditu), del valor de los tropos para la política o de la capacidad terapéutica de las palabras (medicamenta verborum). La retórica también ha contribuido a la incorporación a la política de componentes como lo infantil o lo femenino, hasta ahora excluidos o sometidos al dominio del logos y a sus criterios de coherencia. Asimismo, ha favorecido la investigación de las identidades con una sensibilidad distinta, no ceñida a definiciones rígidas y excluyentes, y ha aliviado el peso del Estado-nación y de las instituciones en la reflexión teórica.

Estos ingredientes han sido muy relevantes para profundizar en el gobierno de la vida de los ciudadanos desde un punto de partida nuevo, que incorpora su mundo interno y lo conecta con el ámbito público externo. A partir de aquí, y una vez aceptada la prioridad para nuestras democracias de la democratización del self (Sheldon S. Wolin), cabe esperar y alentar investigaciones que desarrollen estos hallazgos, dando un paso más allá de la retórica.

Este grupo de trabajo se propone atraer ponencias que desde estos u otros puntos de partida realicen aportaciones novedosas al estudio del gobierno del ciudadano del siglo XXI. Se aceptarán ponencias de otras disciplinas afines (historia de las ideas, crítica literaria, filosofía política, teoría sociológica, psicoanálisis, psicodrama, estudios culturales, relaciones internacionales...) en la medida en la que hagan aportaciones relevantes en este tema.