El comienzo de la VIII Legislatura del Parlamento Europeo, ha significado un cambio importante en la dinámica institucional de la Unión Europea, básicamente por dos razones. En primer lugar, después del Tratado de Lisboa las competencias del Parlamento Europeo se han visto incrementadas de una manera significativa y este incremento junto a factores coyunturales -crisis económica y gestión de la misma- ha incrementado la politización en la dinámica institucional y en la visibilidad misma de la Unión.

En segundo lugar, en esta legislatura se hace más evidente y manifiesto que en las anteriores la existencia de dos ejes de articulación de las fuerzas políticas que explican la dinámica política al interior del Parlamento: en primer lugar, el eje izquierda-derecha, especialmente presente tras el comienzo de la crisis económica y que ha vivido y vive un momento particularmente visible con la victoria de Syriza en las elecciones griegas y el debate sobre la renegociación de su deuda.

El segundo eje se refiere a la posición respecto a la integración europea: entre los partidarios del status quo y un conglomerado de fuerzas que proponen cambios que van desde la reforma a la desaparición misma de la Unión. Las discusiones sobre la elección de los comisarios de la Comisión Europea; el debate sobre las prioridades de la Comisión y sobre el Presupuesto de la UE, han puesto de manifiesto esta dinámica de politización incremental y de reposicionamiento de los actores. 

En este contexto, el debate sobre el déficit democrático, sobre la legitimidad política de las instituciones europeas y de sus decisiones, vuelve a cobrar actualidad y relevancia.

El paper pretende aproximarse a esta cuestión dando cuenta de su reflejo en los grupos políticos de la UE. De esta manera podremos observar, también, el nivel de europeización de los actores y de sus programas. El artículo repasará la literatura más conocida y actúal respecto al debate sobre el déficit democrático y sobre los modelos de reforma de las instituciones europeas, si las hubiera.

La hipótesis del trabajo es que el nivel de articulación europeo de los actores políticos: los grupos políticos en el Parlamento Europeo, está muy por detrás de la dinámica institucional de las instituciones. Y que el nivel de resolución de los debates en la UE sigue siendo el Consejo Europeo.