La protesta en Marruecos no trasciende en sus demandas y no crítica en su conjunto la matriz de poder colonial (clase, raza, género) y las peticiones de los movimientos tradicionales se centran en más empleo, más salud y más vivienda. La protesta se sustenta en la obtención de una vida mejor no de un buen vivir, lo que implica que está basada en el modelo de mayor adquisición de bienes como mejora de vida y el establecimiento de un régimen democrático. Empero, sin intención de deslegitimar los logros de los movimientos sociales en dicho país;  cabe decir que la colonialidad de la protesta, del saber y del poder han capturado a muchos movimientos sociales en el reino alauí, subrayando el epistemicidio; esto es, pareciera que han muerto (o se han asesinado) las alternativas para incidir en la toma de decisiones del poder político que no estén centradas en los sujetos históricos tradicionales: movimientos de liberación, movimientos obreros, la izquierda tradicional basada en la defensa de los derechos laborales; o incluso los movimientos islamistas.  Sin embargo, las protestas del año 2011 inscribieron a nuevos sujetos socio- históricos como son los jóvenes y las mujeres.

              El objetivo de la presente ponencia es analizar cómo los nuevos sujetos sociohistóricos han dejado de defender una centralidad obligada (exclusiva a una clase social o actor social), se han convertido en movimientos más horizontales y bajo el uso de la sociología de las ausencias (término usado por Boaventura de Sousa Santos)  los grupos subalternos han comenzado a hacer escuchar su voz, como sucede con las mujeres rifeñas en el movimiento conocido como Hirak Al Shaabi, quienes al parecer han logrado en la cotidianidad generar resistencias activas, haciendo uso de la memoria y retomando modelos antecapitalistas.

              La ponencia se centrará en el movimiento de mujeres del Hirak al Shabi después del encarcelamiento de Nasser Zefzazi (29 de mayo de 2017) y se utilizará como base la teoría decolonial, intentando dialogar desde América Latina con las mujeres rifeñas.