LOS EFECTOS DE LA OPERACIÓN FRANCESA EN MALI 

Lo que comenzó en Mali como un alzamiento separatista, derivado de un problema interno como consecuencia de la marginación histórica que sienten los tuareg con respecto de Bamako, se ha convertido en un conflicto internacional, con la intervención de Francia contra los grupos yihadistas que se hicieron fuertes en el norte y con consecuencias para toda la región del Sahel, para el norte de África y para Europa.

El conflicto interno de corte independentista desembocó en una nueva contienda con las autoridades malienses  que desalojaron el norte de Mali. Ante el vacío de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, los grupos yihadistas que desde los años 90 rondan por las fértiles tierras del norte del país saheliano desembarcaron en las ciudades con el fin de controlar un territorio por el que se mueven diferentes tipos de tráficos. 

Con la intervención francesa y su operación “Serval", hoy denominada “Berkán",en aras de proporcionar la paz en la región y la recuperación de la integridad territorial en Azawad- el término acuñado para el norte de Mali- los grupos yihadistas fueron expulsados del territorios y diseminados por diferentes partes del este de Mali, sur de Argelia, este de Mauritania y sur de Níger.

Ahora que se cumplen dos años de la operación Serval liderada por Francia, los resultados de la embestida militar no eran los esperados, teniendo en cuenta la continuidad de los grupos radicales en la zona; su clara reconfiguración y ataques aislados contra la presencia internacional de los cascos azules de la misión internacional de Naciones Unidas que tratan, con dificultad, monotorizar la situación. Igualmente, la intervención internacional francesa, como consecuencia de una petición de “socorro” por parte de las autoridades malienses y la imposición de su propia agenda han provocado una inesperada colisión con la administración central ante la pérdida de soberanía del Estado maliense, especialmente en términos de seguridad, y ha creado una nueva problemática a partir de las alianzas entre Francia y los actores “hostiles” para el gobierno maliense. Este panorama ha levantado varias interrogantes sobre el transfondo económico de la operación francesa, además de los múltiples intereses de hegemonía política no sólo en Mali sino en la región del Sahel, en general.