El auge de los medios digitales ha motivado un amplio debate sobre el potencial transformador de las prácticas participativas en los sistemas democráticos. Por un lado, se consideran riesgos como el control y manipulación de la información o la amplificación de discursos polarizados que alteren los procedimientos democráticos y generen más división social. Por otro, se observan oportunidades para las experiencias participativas orientadas a promover una conversación pública deliberativa y basada en razones, más allá de la defensa estratégica de intereses particulares. En este contexto, resulta fundamental adquirir una competencia ciudadana como requisito para desarrollar un tipo de participación deliberativa, así como entender el potencial de que se pueda llevar a cabo digitalmente. Esta necesidad motivó la implementación de una práctica educativa realizada con estudiantes de Ciencia Política buscando el aprendizaje activo-experiencial. En este artículo se muestran los resultados de esa experiencia docente universitaria y se evalúa el impacto del uso de medios digitales en la simulación de un foro deliberativo (entendiendo como deliberación no como debate o intercambio de opiniones, sino como un proceso de discusión pública regido por unos criterios procedimentales que condicionan su desarrollo y la calidad epistémica de sus resultados). El análisis realizado se basa en un experimento natural en un formato híbrido, esto es, con sesiones en línea y presenciales como consecuencia de la pandemia de la Covid-19. Para su análisis se ha seguido un diseño de métodos mixtos que permite una caracterización completa de la experiencia deliberativa y de aprendizaje de los participantes. Los resultados apuntan a una mayor efectividad y preferencia por el formato presencial, y permiten una identificación de las principales dificultades manifestadas por los participantes. Con ello, esta experiencia puede ayudarnos a comprender en mayor profundidad la implementación de nuevas metodologías educativas en formato híbrido.