Recientemente, Streeck ha propuesto concebir la actual crisis económica como un capítulo más en la ambigua relación entre democracia y capitalismo. A su entender, les trente glorieuses, los treinta primeros años tras la II Guerra Mundial, constituyen la excepción, y no la regla, a la complicada relación de la democracia con la economía capitalista. Esta narrativa le llevará a ver la inflación de los sesenta y setenta, los problemas de déficit público de los ochenta, el “keynesianismo privatizado” (Crouch) de los noventa y comienzos del S. XXI y la actual crisis financiera y económica como sucesivas etapas de esta difícil conjunción entre derechos y justicia social, de un lado, y el mérito y el libre juego del mercado, del otro. Tensiones que, a su juicio, han contribuido a reforzar el papel de aquellas instituciones débilmente sujetas a control ciudadano: los bancos centrales, la Comisión Europea, la Corte Europea de Justicia etc. Gobiernos tecnocráticos como los de Italia, Grecia o Hungríaconstituiríanel paroxismo de esta tendencia, que se refleja, en el plano del discurso, en la desconfianza en la ciudadanía y en su capacidad para actuar “racionalmente”.

Esta ponencia retoma el viejo tema de la ignorancia ciudadana y de sus consecuencias para la formación del juicio práctico. La discusión teórica y la revisión de la investigación empírica acerca de la opinión pública conducirán a desmontar, si bien de manera matizada, este desdén por los ciudadanos. Haciendo uso del concepto de “derecho a la justificación” de Forst y de su teoría de la justicia, se describirá de qué modo la ciudadanía, la opinión pública, puede aportar una dimensión epistémica a la democracia, aún reconociendo la validez de algunos de los argumentos tecnocráticos. Se busca, de este modo, formular una suerte de compromiso entre eficiencia y corrección normativa que sirva para guiar la acción política.