Existe una fuerte relación entre el discurso y el poder. La palabra, para muchos movimientos sociales, es la materialización de su  ideología y sus líderes, por ende, son sus portavoces. Un caso particular en Sudamérica es la construcción del discurso político de Evo Morales y el movimiento cocalero. En 1985 una de las principales consecuencias de la adopción del modelo económico neoliberal fueron los despidos de más de 23 mil mineros. Una gran parte de este contingente migró hacia la región del Chapare (ubicada en el Trópico del departamento de Cochabamba) y, junto a otros indígenas, comenzaron a sembrar la hoja de coca. Es en esta región y junto a los campesinos cocaleros, donde Evo Morales erige su bastión y se conforma como el líder indiscutible –hasta la actualidad y aunque de forma paralela- de este movimiento. En las calles y en las urnas, Evo constituye un contradiscurso radical enmarcado principalmente en el antiimperialismo y el indigenismo. En el 2006, la victoria de su partido el Movimiento Al Socialismo (MAS) supone una transformación discursiva hacia lo oficial, la cual generó tensiones con sus principales aliados indígenas.

Esta investigación centra su mirada en esa evolución del discurso de Evo Morales a través de diferentes hitos de conflicto, desde que estuvo en las calles hasta su actual gestión de gobierno. A su vez, pretende encontrar las contradicciones y los elementos ideológicos comunes desde el origen del liderazgo sindical de Morales hasta la actualidad, presente en los diferentes contextos políticos y sociales.