Las Elecciones al Parlamento Europeo de 2014 mostraron un reordenamiento de las preferencias electorales de los ciudadanos con la aparición de Podemos y un pronunciado descenso del número de votantes de los grandes partidos (PP y PSOE). Aunque la economía parece un factor relevante, es insuficiente para dar cuenta de todo lo ocurrido y la aparente desconexión entre oferta política y demanda parece ganar peso. En este contexto, ¿qué papel ha jugado la desafección en las últimas citas electorales?

En los últimos tiempos la desafección se ha convertido en una categoría utilizada con frecuencia para referirse a la aparente desconexión entre ciudadanos y política. Aunque la literatura académica se ha centrado más en definirla y estudiar sus causas, algunos blogs especializados empiezan a abordar sus consecuencias electorales. Antes de la irrupción de Podemos en el panorama político español, Carles Casajuana e Ignacio Sánchez-Cuenca (2013) apuntaban que los desafectos tienden a votar por los mimos políticos de los que sienten distancia, es decir, a los grandes partidos. Sin embargo, Ignacio Urquizu (2014) ha mantenido que Podemos podía estar canalizando el voto de los ciudadanos desafectos. ¿Cómo han votado los ciudadanos desafectos?

El objetivo de este trabajo es explorar empíricamente el comportamiento electoral de los desafectos para ver si han favorecido a los nuevos partidos o a los partidos ya existentes en las últimas citas electorales (elecciones europeas de 2014, incluso, elecciones locales y autonómicas de 2015 si fuera posible) tomando como referencia las elecciones generales de 2011, mediante datos de encuesta del CIS y del European Election Study. Conocer mejor a los ciudadanos desafectos abre la puerta a entender mejor las consecuencias electorales de la desafección y explorar la aparición de una tendencia que pueda tener implicaciones a largo plazo.