Con la evolución de la crisis económica y la irrupción mediática de la corrupción se hacen más patentes las tendencias narcisistas en el seno de la clase política española y en sectores sociales adyacentes. Se comportan como seres ensimismados que sólo se justifican ante la oposición política y no rinden cuentas ante la ciudadanía. Mientras, proliferan las noticias acerca de la difusión de comportamientos solidarios entre la ciudadanía. Pareciera que la mayor parte de la gente está acostumbrándose a vivir al margen de la política, generándose una suerte de “espiral del silencio”. Con ello se resquebraja el pacto no escrito sobre el que se asentó la transición a la democracia.

 Se propone explorar, desarrollar y apuntalar este argumento recurriendo a la literatura sobre psicopatologías en política, recogiendo y analizando a la luz de esa literatura evidencias sobre el exacerbamiento de conductas narcisistas entre los políticos españoles y esbozando las posibles consecuencias de todo ello en relación a la calidad de la democracia española.