Ester García Sánchez, Madrid: INAP, 2011.

La evaluación no es tan sólo un espacio técnico y metodológico reservado al dominio de expertos. Más bien es un ámbito esencialmente político. En las evaluaciones se reproduce y acaso se intensifica, la dinámica política presente en las políticas públicas; en la evaluación, las divergencias no se dan sólo entre quienes tienen una visión diferente sobre el programa sino también entre quienes mantienen posiciones encontradas acerca de cómo éste deba juzgarse y de quiénes puedan tomar parte en ese juicio. De todo ello se deriva precisamente su interés, como objeto de estudio, para el politólogo.

Partiendo de estas premisas, que hunden sus raíces en los enfoques pluralistas en evaluación y de los estudios sobre actores y sobre políticas públicas propios de la Ciencia Política, la obra presenta un esquema novedoso para "evaluar las evaluaciones", un campo, como el de la propia evaluación de políticas públicas, en el que se auguran nuevos y prometedores desarrollos.

La aplicación empírica del esquema de metaevaluación se ilustra en la obra a través de tres estudios de caso sobre algunas de las experiencias de evaluación de programas educativos más emblemáticas de los primeros gobiernos socialistas: la metaevaluación del programa de reforma experimental de enseñanzas medias, la metaevaluación del programa de integración escolar para alumnos con necesidades educativas especiales y la metaevaluación del proyecto Atenea para la introducción de los ordenadores en las aulas.