El poderío marítimo en la estrategia militar china

Autor principal:
Michele Testoni (IE Universidad)
Programa:
Sesión 2, Sesión 2
Día: miércoles, 7 de julio de 2021
Hora: 11:00 a 12:45
Lugar: Online

Unos de los temas de mayor interés en las relaciones internacionales a principio del siglo XXI, tanto en la reflexión académica como en el análisis empírico, es la renovada atención para los procesos de transición de poder. Asistimos a un doble proceso: por un lado, la crisis del sistema liberal internacional caracterizado por el declive relative de Estados Unidos y las dificultades de la Unión Europea; por otro lado, el desarrollo de un nuevo multipolarismo deerminado por el ascenso de potencias como India, Rusia, Turquía, los países del Golfo y, en particular, China. Esta doble dinámica está afectada por otros dos factores de ruptura: el cambio tecnológico y productivo (es decir, el auge de la digitalización, la competencia para liderar esta clase de innovaciones y los efectos económicos y sociales de este cambio) y la pandemia del Covid-19 (es decir, la gran aceleración inducida por la variable sanitaria de los procesos que se acaban de mencionar).

Es en este marco de transformación global que las teorías de la transición de poder vuelven a ejercer un papel de primordial relevancia. Hoy en día, las ideas de estudiosos del calibre A.F.K. Organski y Robert Gilpin parecen las más adecuadas para describir y explicar estos fenómenos de cambio y fluidez, sus causas y sus posibles consecuencias. Categorías analíticas como “satisfacción”, “revisionismo”, “crisis fiscal” u “overstretching” reaparecen en el debate público. Al mismo tiempo, los estudios internacionales están redescubriendo la geopolítica, es decir, el impacto que juegan variables de carácter geográfico, demográfico e infraestructural sobre la política exterior los principales actores estatales y, en general, la evolución del sistema internacional contemporáneo. Las publicaciones de Pedro Baños, Robert Kaplan y Zhengyu Wu han despertado una nueva fascinación para autores como John Agnew, Alastair Johnston, Halford Mackinder y Nicholas Spykman.

La fase actual de critica de las fuerzas y los mecanismos de la globalización econónomica está impulsando una reelaboración – entre otros – del concepto de “espacio” en las relaciones internacionales. En efecto, la fase actual de transición de poder está provocando una trasformación de las prioridades y los instrumentos de las principales potencias mondiales y, por lo tanto, de sus estratégias para reducir su decadencia o, al revés, acelerar su auge.

Este artículo pretende analizar la evolución de las relaciones internacionales contemporáneas intentando combinar la perspectiva de economía política internacional, en particular a través de la interpretación de Robert Gilpin de la teoría de estabilidad hegemómica, con la teoría del poderío marítimo tal y como desarrollada por Alfred Thayer Mahan a finales del siglo XIX. Si la aspiración de China es efectivamente la convertirse en las próximas décadas en actor hegemónico global, y si el instrumento principal de su estratégia es la realización de una nueva ruta de la seda (la conocida Belt and Road Initiative, o BRI), pues cabe muy poca duda de que el corredor de mayor relevancia para alcanzar un cambio de equilibirio de poder a nivel global será el sexto, es decir, el único de naturaleza naval – el corredor que desde la China meridional quiere llegar hasta el Mar Mediterraneo pasando por el Estrecho de Malaca, el Océano Índico y el Mar Rojo, mientras una de sus ramificaciones llega a África oriental.

El control económico y militar de las rutas oceánicas es, en efecto, la estratégia que todos aquellos Estados que anhelan convertirse en potencias hegemónicas deben inevitablmente desarrollar. La unión de la teoría de Gilpin con el modelo geo-naval de Mahan parece ser, por lo tanto, la mejor perspectiva para analizar tanto los retos como las dificultades de China.

Al mismo tiempo, este trabajo quiere poner de manifiesto la centralidad del Océano Índico – el océano históricamente menos importante con respeto al Atlántico y al Pacífico – en los asuntos internacionales del futuro. El uso conjunto de Gilpin y Mahan permite, a la vez, imaginar cúal será la estratégia que, de manera razonalmente más probable, determinará el corso de la política exterior de Estados Unidos. Como sugiere el mismo Gilpin, un país hegemónico en declive posee un abanico de posibilidades a su alcanze para reducir su decadencia e intentar frenar el auge de su rival. Como se plantea la recién publicada Interim National Security Strategic Guidance de Estados Unidos, uno de los instrumentos más adecuados para revitalizar el papel de Washington en el tablero indo-pacífico y contener el avance político, comercial y militar chino es a través de un nuevo sistema de alianzas con países como India, Nueva Zelanda, Singapur, Vietnam y los otros miembros del ASEAN. Un proyecto muy interesante – y muy poco casual – justo en el año en que se cumple el 75º aniversario del “Telegrama Largo” de George Kennan.

Palabras clave: Poderío marítimo, transición de poder, teoría de la estabilidad hegemónica, política de contención