En diciembre de 2018 comenzó en Sudán un movimiento pacífico de protesta a lo largo de todo el país, que culminó con la formación de un gobierno de transición en agosto de 2019. Si bien las primeras manifestaciones tuvieron como detonante la escasez de productos básicos y el aumento de los precios de la comida, el combustible o las medicinas, rápidamente se exacerbó el malestar social y se hizo patente la demanda de un cambio político, con el consiguiente desafío al régimen de Omar Hassan al-Bashir, que fue finalmente derrocado el 11 de abril de 2019, después de casi treinta años en el poder.

La participación de las mujeres fue muy importante desde el inicio de las revueltas, situándose en primera línea de la resistencia pacífica contra el régimen. Aunque se estima que más del 70% de los manifestantes que salieron a las calles fueron son mujeres, su liderazgo en muchos contextos de las protestas rara vez se ha reconocido en los medios de comunicación, que han informado sobre ellas como si su participación fuera un hecho excepcional o como si se hubieran unido a las protestas, en lugar de reconocer su rol y liderazgo en las mismas. Además, las mujeres han sufrido actitudes sexistas por parte de los manifestantes masculinos.

En este contexto, las mujeres sudanesas han reivindicado su papel en la consecución del cambio político operado en Sudán, y han extendido su protesta social al modo en el que son tratadas en la sociedad sudanesa, incidiendo en la desigualdad de género. En esta ponencia intentaremos elucidar el papel invisibilizado de las mujeres en el levantamiento popular sudanés, y el alcance de reivindicaciones más amplias contra la desigualdad estructural en el contexto social sudanés.