La pandemia de la COVID19 obligó a la UE a retrasar el inicio de la Conferencia para el Futuro de Europa que se desarrollará finalmente entre mayo de 2021 y mayo de 2022. Más allá de su posible relevancia institucional y política, la conferencia merece atención en varios planos. En primer lugar, desde el punto de vista institucional supone una innovación en la forma de abordar la reforma de los tratados, en la línea de anteriores experiencias como las Convenciones de 2001 y 2003 pero diferente de las cumbres de 2007 y la década de los 2010. El acuerdo inter-institucional y la práctica de los debates organizados por la Comisión y los Estados Miembro desde 2017 tiene un claro tono deliberativo y participativo. Sin embargo, el interés de Estados e instituciones por la organización de convenciones ciudadanas a nivel nacional ha dado lugar a una fuerte fragmentación de las formas de participación que dificultan la traducción de dichos debates. En segundo lugar, como ya se ha dicho, esta conferencia pretende ser el final de un largo proceso de deliberación ya desarrollado a nivel nacional y transnacional. Es por lo tanto una excelente oportunidad para analizar las dinámicas de debate sobre Europa en la esfera pública. Por último, la conferencia se desarrollará en plena implementación de los fondos Next Generation EU y ante la recuperación económica y social, pero también del impacto político de la pandemia, con lo cual será un foro para debatir nuevas políticas europeas en los ámbitos más afectados por la pandemia (protección social, modelo de crecimiento, política sanitaria…). Este grupo de trabajo invita por lo tanto ponencias sobre las implicaciones de la conferencia para el Futuro de Europa desde perspectivas sobre las innovaciones institucionales en la UE, de la comunicación política y la sociología de la esfera pública en la UE y de las políticas públicas en un contexto de crisis sanitaria, económica y social.