El derecho como una estructura de dominación masculina 

Las innovaciones y transformaciones, así como las actualizaciones académicas pertinentes con base en los cambios sociales inherentes a la vida humana, son aspectos indispensables en la creación y prosecución de cualquier ámbito de conocimiento. El derecho se muestra como un ámbito poco dinámico a pesar de cambios legislativos, conceptuales y teóricos cuando se analiza a la luz de las críticas a hacia su formalismo y hermetismo (Alviar y Jaramillo, 2013; Diéguez, 2011; Iriarte, 2017).

            El ámbito jurídico ha sido estudiado, mayormente, con sus propios entramados teórico-metodológicos que regularmente mantienen una línea positivista y dogmática en tanto se trata de una ciencia normativa. Aun con esta justificación, el derecho como ciencia social requiere construir críticas que lo hagan avanzar de acuerdo a las necesidades de la sociedad.

            Al mirar al campo jurídico como mercado productor de disposiciones masculinas y burocráticas se caracteriza como un espacio social que otorga especial valor a actitudes patriarcales y procesos burocráticos que vinculan el conocimiento jurídico con los puestos o encargos públicos a través de la dominación de esos espacios por parte del hombre, en su mayoría.

            El derecho no ha establecido, de fondo, una buena relación con los feminismos, aun considerando que el feminismo, de forma general, busca la igualdad de facultades jurídicas para todas las personas. La persona para la cual se construye la ley, parte fundamental en el sistema de derecho, es una persona hombre o una mujer en sus roles más patriarcales, el de madre, concubina o esposa (Zabala, 2009). Los sexos, construidos socialmente, tienen características simbólicas diferentes. El hombre se construye simbólicamente como poseedor del poder que estructura la realidad social (Posada, 2017; Bourdieu, 2000).

             El abordaje sociológico de Pierre Bourdieu, al ser un abordaje de tipo relacional, permite reconocer las redes internas desde la lógica del campo y su relación con el campo del poder. Al reconocer los recursos o capitales, así como las formas de ser, pensar y actuar que se han interiorizado en los agentes del mismo espacio social. 

            El hecho de que existan legislaciones específicas que regulen la situación de las mujeres, incluso la situación de violencia, no soluciona de forma práctica la desigualdad jurídica entre hombre y mujer. Inclusive ha sido necesario recordar o reconocer explícitamente que los derechos de las mujeres son derechos humanos también y tomando en cuenta estas acciones restaurativas al derecho humano de las mujeres, continúan ejerciéndose vejaciones de sus derechos alrededor del mundo. Todavía es una prioridad que la sociedad comprenda las formas en que aun con legislaciones en contra, se violenta a las mujeres (ONU, 2014; Alterio y Martínez, 2020).