En las últimas décadas ha crecido el interés y el número de trabajos que abordan el papel de las emociones en el comportamiento político, siendo una de sus cuestiones centrales tanto la definición del propio concepto de emoción así como cómo medir las respuestas emocionales. En esta ponencia, primero realizaremos una breve introducción al paradigma dominante desde la década de 1980 dentro del estudio de las emociones en el comportamiento político: la psicología política. Sin embargo nos preguntamos si todo este enfoque dominante es realmente el más adecuado en el estudio de las emociones en política, y proponemos la revaluación de una aproximación constructivista de las emociones: ésta entiende las emociones como producto de una construcción social. La concepción prevalente de las emociones en la psicología política ha ido asumiendo que éstas son reacciones intrapersonales y prácticamente reducibles a una simple respuesta y reacción fisiológica. Aquí nos cuestionamos esta forma de comprender la emoción y señalamos la necesidad de comprender cómo construimos socialmente las emociones. Así, las teorías constructivistas buscan dar cuenta de la realidad sociocultural de las emociones y apuestan por abandonar ese concepto de emoción esencialista que ha venido dominando la nuestra disciplina. Nuestra propuesta pretende rescatar algunas ideas clave del constructivismo, entendiendo las emociones como resultado de un proceso de construcción social.