En los últimos tiempos, la política española viene marcada por una tendencia de polarización creciente. La intensidad de la misma ha traspasado los límites del sistema de partidos y el entorno mediático para instalarse entre las actitudes de la población, estadio que implica que polarización se ha desarrollado en nuestro país en todas las dimensiones posibles.

Una de las manifestaciones más claras de este fenómeno a nivel social es la exaltación de las diferencias entre grupos en el plano perceptivo: el adversario ideológico pasa de verse como un mero contrario a considerarse un radical que se sitúa en las antípodas de nuestro pensamiento. Es decir, se desarrolla entre los distintos colectivos políticos una brecha perceptiva.

La pregunta que guía nuestra propuesta es si esta brecha es un espejismo fruto de la tendencia polarizadora en que se ve inmerso nuestro sistema político o si, por el contrario, existe efectivamente en la sociedad española una radicalidad en los posicionamientos ideológicos que justifica dicha visión del contrario.

Para llegar a una conclusión al respecto, acudimos a información proveniente de los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas, empleando los datos sobre autoubicación ideológica y percepción de la ideología de los partidos por parte del elector. De este modo, examinaremos la autoubicación ideológica de los votantes de cada formación, así como la percepción que estos tienen sobre la ideología del partido, y compararemos los resultados con la percepción que de cada formación tengan los electores de los partidos rivales.